Podría pensarse que el remake de Hagai Levi del clásico de 1973 de Ingmar Bergman  Scenes from a Marriage  no aborda las complejidades de las relaciones matrimoniales -a diferencia de la obra maestra original-, pero lo cierto es que el drama de cinco episodios ha complicado la relación entre los dos miembros principales del reparto.

Nos referimos, por supuesto, a los dos protagonistas, interpretados por Jessica Chastain y Oscar Isaac. La primera, en su entrevista con Vanity Fair, admitió cómo interpretar a un personaje emocionalmente volátil en la serie le hizo difícil mantener la amistad con su coprotagonista y amigo íntimo.

“Quiero decir, Scenes from a Marriage fue muy duro. Y quiero a Oscar, pero la realidad es que nuestra amistad nunca ha vuelto a ser la misma. Vamos a estar bien, pero después de eso, yo estaba como, necesito un poco de respiro. Había tanto “te quiero, te odio” en esa serie. Pero hay tanta alegría en lo que tengo que hacer. Hay mucha catarsis. Siento que tengo el mejor trabajo del mundo porque puedo vivir estas experiencias. Son de otro mundo y las siento como mías. Pero luego vivo una vida muy tranquila. No tengo que tener estas cosas torturantes en mi vida. Las interpreto y las experimento, y luego vuelvo a casa y vivo tranquila y en paz”.

En la serie, Chastain interpreta a Mira, que tras admitir su infelicidad (e infidelidad) a Jonathan (Oscar Isaac), provoca una ruptura en su matrimonio.

La serie intentó abordar temas de peso como los problemas matrimoniales, la fragilidad de la monogamia, las infidelidades y las complicaciones emocionales, y dedicó una cantidad sustancial de tiempo de pantalla a Isaac y Chastain. A lo largo de la serie, vemos a la pareja enzarzarse en intensos desacuerdos y agrias discusiones.

Incluso con un argumento atractivo y unas interpretaciones sobresalientes, los temas más generales y los lazos argumentales están destinados a provocar fuertes reacciones, y basta con ponerse en la piel de Chastain para entender por lo que estaba pasando.