La inminente prohibición de Netflix de compartir contraseñas preocupa a muchos usuarios. Aunque la noticia no es sorprendente (Netflix anunció la medida a principios de 2022), Internet está lleno de curiosidad, indignación e irritación por la medida de la empresa.

Twitter está plagado de miembros de Netflix frustrados y con razón. Familias con alumnos que estudian fuera de casa, familias divorciadas, familias extensas, incluso usuarios que viajan con frecuencia, tienen todo el derecho a estar preocupados por las inminentes dificultades técnicas de su futuro. Mientras Netflix trata de sofocar la indignación prometiendo facilidad de uso, los usuarios trasladan su enfado de la pérdida de la posibilidad de compartir contraseñas a la letanía de otros problemas que la otrora innovadora empresa ha tenido en los últimos años, como el aumento de los costes y la plétora de programas cancelados.

Incluso usuarios de Twitter de alto nivel como Stephen King están opinando sobre la conversión. King tiene clara su postura al respecto:

Cuando un streaming le envía un mensaje “Nuestros términos han cambiado”, eso significa que quiere que pague más dinero por el mismo servicio. Dudo que necesitaras esa traducción, pero por si acaso.

Cuando incluso los ricos como King expresan su irritación por los precios cada vez más altos, queda poco margen de error en las futuras operaciones de Netflix como empresa. Netflix sigue perdiendo usuarios a un ritmo alarmante, y los que quedan están cada vez más molestos por las malas decisiones de la empresa. Con un historial tan malo en el último año y medio, empieza a parecer que la era del gigante de los medios está llegando a su fin.