Reseña: “Mission: Impossible – Fallout”

Esta es una reseña libre de spoilers. Si aún no has visto Mission: Impossible – Fallout, puedes leerla sin temores.

La sexta entrega de la exitosa saga de acción Mission: Impossible se estrenó en cines el pasado viernes 27 de julio, y su servidora por fin ha ido a verla ayer. Si bien me considero fan de la franquicia, siempre mantengo mis reseñas lo más objetivas posibles, y esta no será la excepción.

Vayamos por partes. Primero que nada, he de decir que Mission: Impossible – Fallout me ha devuelto la fe en los blockbusters de verano. Es entretenida, está impecablemente dirigida y las secuencias de acción están exquisitamente coreografiadas y ejecutadas. Tiene drama, tiene comedia, tiene suspenso, tiene acción, y te mantiene al borde de tu asiento en cada momento. Si bien es cierto que quizá la trama no sea su punto fuerte —no es la primera vez que vemos una historia así en una cinta de este género—, el guion está muy bien construido, y es en este punto en el que M:I destaca de entre otras de su clase. Fallout no es la típica peli de acción que tiene tiroteos, explosiones y persecuciones just for the sake of it, como el cine del género nos tiene acostumbrados. En esta entrega, la trama y los personajes —así como las motivaciones de los mismos—, tienen un peso muy importante. La película no pierde su elegancia, y cada secuencia de acción que vemos tiene una razón de ser.

Christopher McQuarrie es el encargado de dirigir —y escribir— esta entrega. Cabe destacar que esta es la primera vez que la saga repite director, después de que McQuarrie ya haya hecho lo propio con Rogue Nation (2015), la quinta de las aventuras del agente Hunt. Esta no es la única continuidad que veremos en Fallout, ya que la propia trama sigue con la propuesta en su antecesora, y lo hace mejor que bien. McQuarrie parece haber encontrado una fórmula cuasiperfecta para la saga que ha vuelto a dar buenos resultados, y hasta incluso mejores que la primera vez: una dosis correctamente balanceada de cine de acción y espionaje.

El reparto está encabezado por Tom Cruise —quien, me tomo el atrevimiento de decirlo, es el héroe de acción por excelencia— como Ethan Hunt, acompañado de sus infalibles colegas Benjamin “Benji” Dunn (Simon Pegg) y  Luther Stickell (Ving Rhames). Además, veremos el regreso de otros rostros conocidos, entre ellos Ilsa Faust (Rebecca Ferguson) y Alan Hunley (Alec Baldwin), junto con nuevas incorporaciones, siendo la más notable la de Henry Cavill como August Walker. Definitivamente, un elenco muy sólido, con personajes igualmente diversos e interesantes.

Como Fallout no deja de ser una película principalmente de acción, hablemos de qué tan bien se desempeña en ese aspecto. Y aquí no hay nada que objetarle. He quedado enamorada de la manera en la que está filmada cada persecución, cada pelea. Me encantaría describir cada una de las secuencias de acción a detalle, y me muero de ganas por “nerdear” sobre mis favoritas, pero no lo voy a hacer, por el simple hecho de que prometí no incluir spoilers; por eso, y porque temo que la magnificencia de dichas secuencias pudiera perderse al ser plasmadas en un texto plano. Lo que sí voy a permitirme es contarles cuáles de estas escenas me han impactado más, pero voy a hacerlo de la manera más vaga posible, para que sepan que me refiero a ellas sólo en cuanto las vean: baño y paracaídas.

Pasemos a los puntos que me gustaría resaltar sobre la película. Ya había dicho antes que, a pesar de que no deja de ser una película de acción —y sin desprestigiar a ninguna cinta del género—, Fallout es diferente, y no me voy a cansar de decirlo. Es realmente refrescante ver cómo esta no se centra meramente en proveer acción, lo que suele ocasionar que se descuiden detalles como la estética y otros elementos importantes. La fotografía, en esta ocasión a cargo de Rob Hardy, es estupenda, y aprovecha muy bien cada uno de los escenarios por los que transitan nuestros protagonistas, con algunos planos realmente excepcionales. La banda sonora, compuesta por Lorne Balfe, ha sido empleada de manera magistral, aportando muchísimo dinamismo a las secuencias de acción y dándoles ese tono de epicidad que tanto disfrutamos los espectadores. Otro punto a favor para Fallout es que, para entenderla, no es estrictamente necesario haberse visto ávidamente todas las entregas anteriores. Vamos, que si este es tu caso, quizás algunas cosillas no van a acabar de tener sentido para ti, pero tampoco vas a perder el hilo, porque la trama es bastante sencilla y funciona bien por sí sola. Aún así, siempre es recomendable que le eches un vistazo a las demás películas de la franquicia, ya sea porque no las has visto aún o para refrescar la memoria; de cualquier forma, con una maratón de las cinco ya tienes asegurada una tarde cargada de emociones.

Dos horas con treinta minutos es una duración bastante considerable, pero la película nunca pierde su vertiginoso ritmo. Más allá de algunos plot twists que podrían resultar algo predecibles y repetitivos —especialmente para aquellos que seguimos la saga desde sus inicios, y que por ello ya hemos aprendido a no confiar en nada ni nadie—, la película engancha y, por más larga que pueda parecer, no aburre en ningún momento.

Mission: Impossible ha logrado lo que la gran mayoría de las franquicias de la industria no pudieron conseguir: mantener la calidad a pesar de su longevidad. Aunque la saga ya cuenta con otras cinco entregas a cuestas, Mission: Impossible – Fallout ha sabido mantener el equilibrio. Y qué bien lo hace. Tan bien, que se ha convertido en una de las mejores —si no la mejor— de la saga hasta ahora. La aprobación de la crítica y los números en taquilla lo demuestran. Chapó, IMF. Mission: accomplished.

Calificación: 7.8/10.

Si te gusta el cine de acción, Mission: Impossible – Fallout es una parada obligatoria. Y, en caso de que esta reseña no haya sido suficiente para convencerte de que vayas a verla, te dejamos con el tráiler.

https://www.youtube.com/watch?v=OHK3amzUMoQ