Winnie the Pooh: Sangre y Miel, la película que Disney no pudo parar y que ahora es una franquicia

Para una compañía que es notoriamente cuidadosa con el uso de su propiedad intelectual, Disney no hizo un favor al mundo e impidió la existencia de Winnie the Pooh: Sangre y Miel, una decisión que debe figurar entre las peores decisiones de la historia del cine moderno.

Aunque la película del guionista y director Rhys Frake-Waterfield sobre los habitantes del Bosque de los Cien Acres estaba en su derecho de utilizar a los personajes de la forma en que lo hizo, el cineasta admitió a IndieWire que siempre actuó bajo la sombra potencial de una posible infracción legal.

“A propósito, fui muy, muy conservador con respecto a cuánto tenía que hablar [Pooh y Piglet], sobre todo porque desde el punto de vista legal me preocupaba en qué me podía meter. Cuanto más les haga hablar, más posibilidades tendré de meterme en problemas legales. Así que me limité un poco”.

Después de haber recuperado inexplicablemente 50 veces su presupuesto en taquilla, a pesar de haber sido considerada por Rotten Tomatoes e IMDb como una de las afrentas más atroces al celuloide que jamás hayan existido, la secuela se estrenará el próximo año en San Valentín.

Sin embargo, aunque técnicamente Disney no podía haber evitado Sangre y miel, Frake-Waterfield reconoció que si la Casa del Ratón tenía intención de cerrarla sólo por rencor, él no podía haber hecho nada al respecto.

“Si lo hubieran querido, Disney podría habernos cerrado. La empresa es tan jodidamente grande que podrían haber dicho, aunque no tuvieran motivos para ello: ‘Bueno, os demandamos y os vamos a echar la bronca. Y sólo vamos a atarte legalmente. Y esto no saldrá a la luz’. Así que existía ese riesgo, el de que incluso si lo hacíamos todo al cien por cien, podrían ser intencionadamente litigantes. Pero no lo hicieron”.

A la vista de la abrumadora respuesta negativa a Sangre y Miel por parte de todo el mundo, salvo de sus más fervientes partidarios, uno no puede evitar pensar que Disney se equivocó al salvar al mundo de semejante abominación, y que ahora tenemos una franquicia con la que lidiar. Muchas gracias.