Samuel L. Jackson, una de las pocas estrellas del Universo Cinematográfico Marvel que han aparecido en la primera entrega de la franquicia y que aún sigue vigente, por fin fue el centro de atención en Invasión Secreta después de 15 años prestando su apoyo, y fue horrible.

Durante seis semanas, tanto los suscriptores de Disney Plus como los fans del MCU -o al menos, aquellos que se molestaron en verla, dadas las decepcionantes cifras de audiencia- se han aburrido como una ostra viendo a Nick Fury desentrañar una de las conspiraciones más débiles que el thriller político ha experimentado en bastante tiempo.

Sin embargo, había una pizca de optimismo de cara al final, ya que incluso las decepcionantes series en streaming de Marvel han tendido a hacer todo lo posible para conseguir un final taquillero, pero Invasión Secreta ni siquiera pudo hacer eso. En el momento de escribir estas líneas, el sexto y último episodio es el contenido peor valorado del MCU en Rotten Tomatoes, con una puntuación del 13%.

Si al menos quieres intentar sacar brillo a un lodazal, hay un pequeño rayo de esperanza. En lo que respecta a todas las películas, series de televisión, live-action o dibujos animados que han surgido desde la fundación de Marvel Studios, Invasión Secreta no está en lo más bajo de la pila. Esa indeseable distinción sigue perteneciendo a Inhumans, con un 11 por ciento de aprobación, pero no hace falta que la cuentes si no quieres, ya que Kevin Feige prefiere fingir que no existe, dados sus vínculos con la rama Marvel Television, que él estuvo encantado de cerrar cuando su archienemigo Ike Perlmutter fue expulsado de la compañía.