Por la razón que sea, Warner Bros. parece obsesionada con que sus películas de superhéroes duren dos horas o menos, un mandato que se ha aplicado en varias ocasiones desde la temida Liga de la Justicia de Joss Whedon, siendo Blue Beetle la última en acercarse lo máximo posible a los 120 minutos.

El director Ángel Manuel Soto no tiene reparos en admitirlo, y a una pregunta de Collider, el cineasta responde cómo se las arregló para conseguir una duración que se pasa volando.

“Porque me pidieron que hiciera una película de menos de dos horas. Al cien por cien. Menos de dos horas. Y con los créditos, se pasa en 2:07. Mi versión no era mucho más larga. Eran como dos horas y siete minutos”.

No sólo eso, sino que tras haber confirmado previamente que Blue Beetle hace referencia a varias figuras y localizaciones icónicas de DC sin situarse en un rincón definitivo de la mitología, Soto reveló que el estudio le pidió que eliminara un par de Easter eggs que podían haber sido demasiado obvios.

“Sí, sin duda hay cosas que queríamos incluir y nos dijeron que no, porque podrían relacionarse con un universo diferente o algo así. Por supuesto, nos esforzamos al máximo con todos los Easter eggs que pudimos; queríamos tener todos los que pudiéramos. Al construir la ciudad, esta ciudad cosmopolita que tiene todas esas luces de neón y todos esos elementos holográficos, queríamos que pareciera que también pertenece al Universo DC, y Lexcorp es Lexcorp.

Lo mismo ocurre con la facultad de Derecho de Gotham, Gotham es Gotham. Eso nunca desaparecerá dentro de la tradición de los superhéroes, así que ¿por qué no tener a nuestro héroe también en un mundo que se ve afectado por todos estos otros legados? El Daily Planet está ahí. También hay una caja de Oreos en la capa de insectos. No sé si te diste cuenta de eso. ¡Solo un par de cosas!”

Parece, pues, que Blue Beetle forma parte de un universo compartido de DC, pero dado que sabemos que el héroe titular regresará bajo la mirada de James Gunn, su director tuvo cuidado de asegurarse de que nunca fuera nombrado explícitamente.