Se mire por donde se mire, The Flash es uno de los mayores fracasos de taquilla de la historia del cine, lo que no supone un gran rendimiento para una película que, según se repetía, era una de las mejores adaptaciones de cómics de todos los tiempos.

La hipérbole habría estado bien si estuviera remotamente justificada, pero entre el CGI chillón y la ejecución mediocre, casi parecía que nos estuvieran tomando el pelo por habérnosla creído. Por supuesto, el huevo terminó en la cara de Warner Bros. cuando casi nadie pagó una entrada para verla en la gran pantalla en relación con la inversión del estudio, algo que incluso los que han estado en los piquetes durante las huelgas de dos frentes se han apresurado a señalar.

Y, sin embargo, resulta que The Flash puede haber costado incluso más que el presupuesto de 200 millones de dólares que se barajó inicialmente. Mucho más. En un artículo de The Hollywood Reporter sobre los éxitos y fracasos que han definido la temporada de verano, se afirma que el debut en solitario del Velocista Escarlata en realidad le ha costado a WB 300 millones de dólares, un tercio más de lo que se creía inicialmente.

Para ser justos, no suena descabellado si se tiene en cuenta que una década de desarrollo -durante la cual innumerables guionistas y directores fueron y vinieron- habría ido acumulando poco a poco el gasto, por no hablar de la campaña de marketing a ultranza que resultó ser en vano cuando la película ni siquiera pudo acercarse a los 300 millones de dólares en ventas de entradas en todo el mundo.

¡Flash ya era tan cara como Shazam! Fury of the Gods y Blue Beetle juntos, y si esos 100 millones de dólares adicionales son realmente parte del balance final, entonces el nefasto año de DC acaba de empeorar aún más.