Teniendo en cuenta las docenas de cineastas que han ido y venido durante la era Disney, la mejor manera de suponer que un proyecto anunciado de Star Wars se está llevando a cabo es cuando las cámaras empiezan a rodar con un reparto y un equipo en su lugar, lo que significa que la película del director de Deadpool 3, Shawn Levy, está lejos de tener garantías de salir adelante.

Kathleen Kennedy ha supervisado un régimen en el que multitud de nombres se han unido para hacer una incursión en una galaxia muy, muy lejana, sólo para desvanecerse rápidamente en una nube de humo. Eso no quiere decir que Levy no lo consiga, pero esperemos que no siga adelante con su fanatismo por Kylo Ren.

Otro de los principales problemas de la supervisión de la Casa del Ratón es que la franquicia se ha vuelto demasiado dependiente de la nostalgia, el fanservice y los callbacks a expensas de la narración, con Andor ganando críticas muy favorables por hacer exactamente lo contrario en lo que no es en absoluto una coincidencia.

Sin embargo, Levy es amigo de Adam Driver, por lo que su respuesta no comprometida cuando Variety le preguntó sobre Star Wars podría abrir la puerta a la resurrección de otro personaje heredado, cuando se le planteó que tal vez podría ser una precuela de las secuelas que permitiera a Kylo desempeñar un papel importante.

“¡Tus palabras, no las mías! Ya saben que Adam es un colega, y siempre he sido un gran fans de Kylo Ren. Pero sin comentarios”.

Más Adam Driver nunca viene mal, pero lo último que debería hacer Star Wars es seguir mirando al pasado, porque ya llevamos una década y pico de eso con más por venir, pero por la razón que sea Lucasfilm parece tener miedo de arar hacia adelante.