Sam Raimi habla de cómo se adaptó al uso del CGI de ‘Doctor Strange 2’

Sam Raimi proviene de un entorno de películas de terror de bajo presupuesto, un hecho que lleva con orgullo. Durante el rodaje de la primera película de Evil Dead, Raimi disponía de unos escasos 90.000 dólares y tuvo que recurrir a efectos prácticos ingeniosos, aunque a veces manipulados. Así que, ¿cómo se adaptó al uso épico de los estándares CGI necesarios para Doctor Strange en el Multiverso de la Locura?

En una reciente entrevista con Associated Press, Raimi se refirió a las diferentes tomas en lo que respecta a los efectos especiales:

“Me encantan los efectos prácticos. Es lo que más me gusta hacer en el plató y lo que más me gusta ver en las películas. Pero la naturaleza de esta película era tan grande, viajar a través del multiverso, que las técnicas no eran realmente propias de los efectos prácticos, las técnicas principales. Hay momentos para ellos en esta película, pero realmente tuvo que ser generada por ordenador debido al alcance y la cantidad de viaje que nuestros personajes hicieron. Habría sido demasiado caro y poco práctico hacerlo de forma práctica. Me encantan los efectos prácticos, pero llevan tiempo. Con una producción gigantesca como ésta, es difícil rodar una toma tras otra porque el tubo de sangre aparece en el encuadre o el cable está flotando”.

De hecho, es difícil imaginar una película del Doctor Extraño basada en efectos prácticos, y mucho menos una que trate con un número infinito de potenciales Supersabios hechiceros. Raimi compara la diferencia entre ambos procesos como la que existe entre ser un simple músico y dirigir una orquesta. “Algo así, aunque haya restricciones y expectativas”, dijo Raimi a AP, “es como si te dieran la mejor orquesta sinfónica y te dijeran: “No vas a tocar, tú mismo, porque hemos contratado a los mejores violinistas, la mejor percusión, los mejores metales. Pero te dejaremos dirigirlos”.

Doctor Strange in the Multiverse of Madness se estrena en los cines este viernes.