Si Sony no quiere seguir recibiendo críticas por no entender cómo funciona la construcción de un universo de superhéroes sostenido, quizá el estudio debería dejar de cometer los mismos errores una y otra vez. Ayer fue un día negro para Marvel tras los retrasos de la Saga del Multiverso, pero la resurrección de El Muerto puede ser el acontecimiento más aterrador de todos.

Todavía en abril se planteaban serias dudas sobre si el paso de Bad Bunny por el mundo de la lucha contra el crimen iba a llevarse a cabo, sólo para que el proyecto que nadie pedía, necesitaba o quería resurgiera de sus cenizas como el ave fénix para, según se informa, fijar una fecha de inicio de rodaje para la primera semana de agosto.

Con la excepción de Morbius, el Universo Spider-Man de Sony ha hecho un trabajo resueltamente estelar de generar nada más que apatía, y la sinopsis de la trama adjunta a El Muerto en la lista antes mencionada no va a hacer una maldita cosa para disipar cualquier duda sobre la propensión de la compañía para hacer papilla la inmensa mayoría de sus spin-offs.

“Un luchador adquiere superpoderes a través de una máscara mística que originalmente luchó contra Spider-Man en un combate benéfico en el que estuvo a punto de desenmascarar al lanzarredes antes de ser picado por Spider-Man con un veneno paralizante”.

En el mundo de Sony, Spider-Man (que puede o no ser Tom Holland, porque quién sabe a estas alturas) es capaz de producir veneno, que utiliza para paralizar a un luchador profesional que luego muta en un superhéroe como resultado, con sus interacciones frente a Peter Parker sirviendo como catalizador para que el héroe titular utilice su ya mágica máscara para el bien. Claro, por qué no.