Kevin Feige habría optado por “no intervenir” en el despido del copresidente de Marvel Studios

Un repentino despido en Marvel ha dejado a muchos confusos y preguntándose qué demonios ha ocurrido. El despido de Victoria Alonso ha conmocionado a muchos en Hollywood, dado su papel vital como presidenta de producción física, posproducción, efectos visuales y animación de Marvel. Ahora resulta que, debido al fango creado en torno a su despido, su jefe Kevin Feige no intervino para salvar su puesto.

Sólo una semana antes de su despido, Alonso asistió a los Premios de la Academia, donde se tomó un momento para celebrarlo con algunas de las fotógrafas del evento (un evento en el que la inmensa mayoría de los fotógrafos son hombres), sacándolas a la alfombra con ella para fotografiarse y declarando: “Hemos trabajado muy duro para llegar hasta aquí y no vamos a ir a ninguna parte”, según informó Variety. Ocho días después, se había ido.

Las razones de su despido aún no están claras, aunque los rumores empezaron a inundar las redes sociales, como Twitter, con artistas de efectos visuales que afirmaban que había creado un ambiente de trabajo tóxico en Marvel. Ya se ha discutido mucho sobre el trato que reciben los artistas de efectos visuales en Marvel, y muchos afirman que se les obliga a trabajar horas insostenibles y que se les hace apresurar trabajos que aún no están listos, como señalan los fans cuando acuden a ver el producto final. Estas discusiones, junto con los rumores añadidos de que Alonso tenía favoritismos y podía poner fin a su carrera si no estaba contenta, podrían ser una de las razones por las que la han echado, aunque no podemos afirmar con seguridad que sea así en este momento.

Todo esto ocurre en un momento de gran inquietud y malestar tanto para Marvel como para su empresa matriz, Disney, que están experimentando grandes cambios. Disney ha vuelto a contratar a Bob Iger como Consejero Delegado para intentar resolver la incertidumbre económica de la empresa, mientras que Marvel tiene sus propios problemas al intentar resolver los problemas creados por la fase cuatro. Tanto Disney como Marvel han hablado de la posibilidad de reducir su producción para evitar el agotamiento de los fans y, con suerte, centrarse en la calidad en lugar de en la cantidad.

Según Variety, el jefe de Alonso, Feige, no intervino en su despido a pesar de ser su mano derecha desde hace tiempo. Las fuentes indican que “la decisión fue tomada por un consorcio que incluía recursos humanos, el departamento jurídico de Disney y varios ejecutivos, entre ellos el copresidente de Disney Entertainment, Alan Bergman (de quien depende todo Marvel Studios)”. Esto dejó a Feige en una situación imposible en la que, al parecer, no podía sustituir a su colega de muchos años.

Alonso se incorporó a Marvel en 2006 y ha sido una fija en el estudio durante más de 17 años, siendo testigo de la creación del MCU y de todo el éxito que conllevó. Ha sido una de las pocas mujeres LGBTQ+ de color en la industria y se ha manifestado enérgicamente a favor de aumentar la diversidad y la presencia de mujeres en puestos de liderazgo. ¿Por qué la despidieron entonces?

Como ya se ha dicho, parece que los artistas de efectos visuales han denunciado el ambiente “tóxico” que creó, pero podría haber algo más. Marvel lleva un tiempo en apuros, ya que intenta trabajar en todas las plataformas, desde el cine hasta la televisión, lanzando contenidos a diestro y siniestro a un ritmo sin precedentes. Esta aceleración ha llevado al estudio casi al punto de ruptura, y la calidad de las películas con muchos efectos visuales ha caído en picado.

El ejemplo más reciente fue la poco fantástica Ant-Man and The Wasp: Quantumania, ambientada en un mundo formado casi exclusivamente por efectos visuales, dejó al público decepcionado y, a pesar de ser presentada como la mejor película del Hombre Hormiga hasta la fecha, obtuvo peores resultados que sus predecesoras, tanto desde el punto de vista crítico como comercial. Sea cual sea el motivo, el despido de Alonso ha dejado un enorme vacío en el estudio, que puede que necesite más de una persona para llenarlo, dado el alcance de su trabajo.