Joel Kinnaman, opina sobre el thriller sin palabras de John Woo

Al presentar el estreno en Oriente Próximo y Norte de África de “Noche de paz”, de John Woo, en el Festival de Cine del Mar Rojo, el actor Joel Kinnaman destacó la rara oportunidad de tener “a todo el mundo viendo la misma película”. El actor se refiere al hecho de que la primera película estadounidense de Woo en 20 años no contiene ningún idioma -es decir, ningún idioma hablado-, por lo que no necesita subtítulos.

Los personajes de este thriller de venganza no tienen ni una sola línea de diálogo en toda la película, y los únicos fragmentos de habla proceden de la música diegética, algunas breves emisiones de radio y mensajes telefónicos.

Hablando con Variety en Jeddah, Arabia Saudí, el sueco dijo que desde el principio tenía la sospecha de que la película iba a traducirse de una manera que “ninguna otra película lo hace”.

“Crecí viendo películas subtituladas, pero siempre hay un matiz en el lenguaje que se pierde. Puedes seguir disfrutando de la experiencia, pero algunos matices se pierden. [En ‘Noche de paz’ esto no ocurre. Estás viendo la misma película que los demás, contada visualmente”.

La capacidad del cine para conectar con el público de esa manera es la razón por la que Kinnaman se trasladó de Suecia a Estados Unidos, según el actor. “Quería hacer películas a nivel mundial y contar historias para todos en el mundo, así que esta era una gran oportunidad para hacerlo”.

“Para ‘Noche de paz’, tuve que prepararme emocionalmente mucho más intensamente de lo que lo habría hecho normalmente, porque todo lo que tenía eran mis ojos y los micromovimientos que se producen en la piel cuando te afecta profundamente una emoción o pensamientos intensos”, reflexionó el actor sobre la experiencia de actuar sin diálogos, un nuevo reto para la estrella de acción. “Tenía que tener control sobre cada músculo de mi cara”.

Kinnaman procedió a reflexionar sobre el inusual rodaje afirmando lo “importante que es una herramienta” su voz para los actores, pero continuó diciendo que también es “una forma de engañar un poco”. “Cuando pronuncias una línea, puede convertirse en un conducto para tu emoción, pero también hay una versión mala de ella. Así se ve mucho en la televisión estadounidense, lo que a mí me gusta llamar whisper acting. Es cuando los actores modulan su voz para parecer emotivos cuando en realidad no tienen esa emoción”.

Kinnaman está en Yedda no sólo para promocionar su última película, sino también como parte del jurado del Concurso del Festival de Cine del Mar Rojo, junto al presidente Baz Luhrmann y sus compañeras de reparto Freida Pinto, Amina Khalil y Paz Vega. “Ha sido interesante”, comenta sobre la experiencia. “Acabamos de empezar nuestras tareas como jurado, pero sentarme a ver tan intensamente estas películas de una región en la que sólo había visto alguna que otra película ha sido increíble”.

El actor añadió que el rápido desarrollo de la industria cinematográfica saudí le parece apasionante.

“Creo que este mestizaje cultural es increíblemente importante para toda la región y para el mundo. Hay gente en Occidente que todavía no se ha dado cuenta de ello y no quiere asociarse [con la región] hasta que las cosas sean perfectas. Creo que es una forma tan retrógrada de ver las cosas y es una falta de visión, no entender el impacto de Oriente Medio en general y lo que está ocurriendo aquí”.

El actor tenía previsto rodar recientemente su primer largometraje en Arabia Saudí, el thriller sobre abducciones alienígenas “They Found Us”, de Neill Blomkamp. La película, que se encontraba en fase de preproducción, iba a tener lugar en la extensa región saudí de Neom, pero se interrumpió en octubre para modificar la estructura financiera del proyecto. Las producciones de Hollywood ya han empezado a dirigirse a Arabia Saudí: “Desert Warrior”, de Rupert Wyatt, protagonizada por Anthony Mackie y Ben Kingsley, se rodó en Neom, y “Kandahar”, el vehículo de acción de Gerard Butler, se rodó íntegramente en AlUla.

“Está claro que los esfuerzos que se están haciendo son auténticos”, dijo Kinnaman sobre la floreciente industria cinematográfica del país. “Tienen recursos para construir estudios y crear oportunidades para que vengan proyectos internacionales. Por supuesto, van a necesitar formación local para crear una base de la que puedan nutrirse estas grandes producciones, porque cuando tienes un proyecto grande tienes que traer a todo el equipo de fuera y resulta más caro.”

Cuando se le preguntó si cabía esperar verle más a menudo en Arabia Saudí en un futuro próximo, el actor fue categórico: “No me sorprendería. No me sorprendería en absoluto”.