Puede que David Ayer saltara a la fama tras escribir el guión del thriller policíaco ganador del Oscar Training Day, que sirvió de plataforma de lanzamiento para una serie de sucesores espirituales que también dirigió, como Harsh Times, End of Watch y Street Kings, pero sus contribuciones a la franquicia Fast & Furious no deberían pasar desapercibidas.

En el que fue sólo su tercer crédito como guionista, tras el drama submarino U-571 y la ya mencionada Training Day, el futuro director del Escuadrón Suicida reescribió el guión inicial de Gary Scott Thompson y Erik Bergquist, que resultó ser mucho más extenso y, en última instancia, influyente de lo que nadie se hubiera imaginado.

Uno de los aspectos más integrales e importantes de la saga Fast siempre ha sido el perenne énfasis en la diversidad del reparto, algo que se remonta al original de 2001. Sin embargo, según reveló Ayer en Twitter, eso podría no haber sido así si no se le hubiera dado la oportunidad de poner su propio sello -inspirado en sus propias experiencias- en el material.

Sí, estaba ambientada en Brooklyn y el reparto era totalmente blanco. Mi condición al aceptar el trabajo de guionista fue que se ambientara en Los Ángeles y que reflejara la diversidad de las escenas de carreras callejeras de Los Ángeles. Entonces era una subcultura PEQUEÑA. Lo convertí en el día y la noche del guión que reescribí.

Si tenemos en cuenta que la leyenda urbana afirma que Universal sólo daría luz verde a The Fast and the Furious con la condición de que Timothy Olyphant fuera la estrella en el papel de Dominic Toretto -que de todos modos rechazó tras haber aparecido recientemente en la muy similar Gone in 60 Seconds-, así como que el papel de Mia Toretto se escribió pensando en Eliza Dushku, está claro que la participación de Ayer ayudó a establecer el precedente que la franquicia sigue utilizando con gran efecto más de 20 años después.