Escuchar a Shia LaBeouf como la voz de la razón no es un sentimiento que se escuche muy a menudo, pero incluso cuando opinó sobre la posibilidad de que su director de Furia, David Ayer, diera el salto a las superproducciones de estudio con Escuadrón Suicida, el controvertido actor se las arregló para hacerlo a su manera.

En el momento en que ambos colaboraron en este thriller de tanques de la Segunda Guerra Mundial -en el que, por supuesto, LaBeouf hizo gala de su habitual método en los preparativos-, la antigua estrella de Disney había renunciado por completo a las producciones de gran presupuesto, después de haberse posicionado como uno de los jóvenes talentos más rentables y populares de la industria.

Sin embargo, tal y como contó Jon Bernthal en su podcast Real Ones, el obstinado actor ni siquiera transmitió sus preocupaciones en privado, sino que decidió arremeter contra la mera idea de que el cineasta se encargara de Escuadrón Suicida mientras Ayer estaba hablando con una estrella sobre un posible papel en la producción.

“Recuerdo estar en una habitación de lujo en un hotel de lujo, y tú estabas reunido – probablemente no puedo hablar de ello – estabas reunido con un actor muy famoso y con muy mala suerte para ustedes, te sentaste a mi lado y al de Shia, hablando de Escuadrón Suicida. Y Shia se levantó. Él estaba como, ‘¿Qué caraj*, G?’ ‘¿Por qué estás haciendo esta caraj* película, caraj* tú [gesticulando a la estrella] por siquiera querer estar en esta película. La estás tirando a la basura, hermano, ni siquiera la hagas”.

Resumiendo sus sentimientos sobre lo sucedido en Escuadrón Suicida en pocas palabras, Ayer luego dejó escapar un suspiro de resignación y dijo que “debería haberle escuchado.” Difícilmente la conducta más profesional por parte de LaBeouf, pero al final se demostró que tenía razón.