El cineasta David Fincher ha generado controversia en el mundo del cine al cuestionar la relevancia de las salas de cine y afirmar que las plataformas de transmisión se convertirán en el mejor lugar para disfrutar de películas. Los puristas y amantes de la experiencia cinematográfica tradicional, incluyendo la proyección en pantalla grande y el disfrute de las palomitas, podrían sentirse afectados por los comentarios del aclamado director, conocido por obras como “Seven” y “El club de la pelea”. Estas declaraciones fueron realizadas en una entrevista con el diario francés ‘Le Monde’.

“He trabajado con la mayoría de los grandes estudios cinematográficos. Cuando les dices: ‘Necesito hacer estos efectos especiales en 4K’, su primera reacción es: ‘¿Por qué hacerlo tan caro?’. Se resisten a cualquier gasto mínimo. Netflix, en cambio, nunca ha puesto objeciones a este tipo de elecciones. Han adoptado un estándar de la industria que tiene sentido para los cineastas. Netflix tiene, con diferencia, el mejor control de calidad de todo Hollywood”, comentó Fincher.

Sin embargo, lo que ha causado mayor revuelo entre los cinéfilos y, posiblemente, entre los propios cineastas defensores del formato cinematográfico tradicional, es la opinión de Fincher sobre las salas de cine. “No salvaremos el cine como cultura restringiendo los sistemas de distribución doméstica. Para que eso ocurra, el cine tendría que transformarse en un lugar innovador, no este sitio húmedo, maloliente y grasiento que sigue siendo, con muy pocas excepciones, escatimando todos los gastos necesarios”, afirmó de manera contundente.

Desde la perspectiva del director de la reciente película “El asesino”, estrenada en Netflix y aclamada por la crítica, es necesario “dejar atrás toda esta nostalgia y plantearnos finalmente la pregunta correcta: ¿quién ofrece hoy en día una representación óptima?”.