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Artista de VFX de Marvel dice lo que todos los fans piensan sobre la dependencia del CGI en el MCU.

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Hubo un momento, entre principios de 2017 y mediados de 2019, en que Marvel y el MCU eran prácticamente sinónimo de entretenimiento de calidad. De forma consecutiva tuvimos películas como Spider-Man: Homecoming, Thor: Ragnarok, Black Panther, Avengers: Infinity War, Ant-Man and The Wasp, Capitana Marvel, Avengers: Endgame y Spider-Man Far From Home. Como viejo fan del MCU, no soy el único que considera esa época el punto más alto de la carrera de la franquicia. Lamentablemente, en 2023, está claro que el estudio ha alcanzado lo que todos esperamos que sea la última etapa de su descenso a lo más bajo. Y sí, estamos hablando del elefante de los efectos visuales.

Los efectos visuales no son el mayor y único factor que interviene en una película Marvel de calidad, pero dado que estamos hablando de un mundo inventado en el que brujos, brujas, dioses y monstruos corren como locos, es un asunto bastante importante. Como señala Michael Schulman en The New Yorker en un reciente reportaje sobre el estudio, el problema se ha generalizado y se hizo más evidente en Ant-Man and The Wasp, de Peyton Reed: Quantumania.

Quantumania se convirtió en la base sobre la que los fans de Marvel como yo arraigaron sus firmes creencias de que el problema de los efectos visuales de la empresa está hundiendo el proverbial barco. Y aunque la respuesta tiene muchas partes móviles y varía de un proyecto a otro, la entrevista exclusiva de The New Yorker con miembros de la comunidad de VFX apunta a un par de razones clave por las que su degradación se ha hecho tan evidente, y por las que debe dejar de depender de C.G.I. innecesarios.

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En primer lugar, la propensión de los estudios a los cambios de última hora. “Tienen tendencia a cambiar de opinión bastante tarde, y en los efectos es donde nos llevamos toda la bronca”, dijo un artista anónimo de VFX.

Durante la escena de Endgame en la que Iron Man, el Capitán América, la Viuda Negra y otros miembros del equipo retroceden en el tiempo, el artista reveló que el reparto llevaba trajes de captura de movimiento que luego se arreglaron con C.G.I. “Podrían haberse limitado a llevar los trajes, y habría sido mil millones de veces más fácil”, dijo el artista de VFX.

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De hecho, decisiones innecesarias como ésta aumentan una carga de trabajo ya de por sí sobrecargada. Numerosos artistas de efectos visuales revelaron las espantosas condiciones de trabajo en el set de Quantumania, que se tradujeron en incomprensibles semanas laborales de ochenta horas y más de un atajo; todo en nombre de demasiados cocineros en la cocina que hacían demasiadas peticiones (innecesarias) a un equipo con demasiado pocos miembros.

En segundo lugar, The New Yorker también apunta a una cuestión secundaria como culpable del problema de los efectos visuales de Marvel. El estudio se ha hecho famoso por “recurrir a directores de comedias de situación o de Sundance”. Directores que, según insinúa The New Yorker, tienen “poca experiencia en el manejo de grandes escenas de acción”.

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Como ávido amante del MCU, yo mismo me di cuenta de esto cuando señalé Guardianes de la Galaxia Vol. 3 como el caso atípico del problema de los efectos visuales de Marvel. Al igual que The New Yorker, también planteé la hipótesis de que la preparación y la experiencia de James Gunn podrían haber salvado la película y haber sido la razón de que prosperara donde la gran mayoría de las Fases Cuatro y Cinco fracasaron.

“Marvel es el saco de boxeo fácil”, dijo un anónimo trabajador de VFX. Y es cierto. Disney en su conjunto también sufre el “problema de los VFX”.

Si Marvel (y Disney) desean seguir produciendo la misma cantidad de proyectos a la misma velocidad, ya es hora de que la industria de los efectos visuales reciba la protección laboral que tan desesperadamente merece. Tal vez entonces los estudios se lo piensen dos veces antes de tomar decisiones a medias en el último minuto con un personal que ya está atareado con otras miles de decisiones en sus listas de tareas pendientes. Como mínimo, esta preparación mejorará la narración de las historias.

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