Inteligencia artificial podría aprobar producciones en el futuro

Skynet ha llegado, pero no quiere nuestro mundo como nos había prometido Terminal, quiere nuestras salas de cine. Un nuevo proyecto en desarrollo de inteligencia artificial podría ser el nuevo responsable de dar luz verde a producciones. El algoritmo fue diseñado para ahorrarle dinero a los estudios al predecir fracasos en la taquilla, pero ¿qué dice eso del cine como arte y no como negocio?

De acuerdo con Screen Rant, un software llamado ScriptBook, elaborado por Nadira Azerbai en Bélgica, tiene la capacidad de determinar si una película será un fracaso en taquilla al analizar las características de ésta y compararlas con los gusto de su público meta. ¿Cómo es esto posible? Con tan sólo el guión, los cómputos no sólo arrojan estimaciones financieras de recaudación, sino también la posible clasificación que obtendrá.

Su inventora está tratando de convencer a estudios importantes sobre la utilidad de este programa en las decisiones sobre qué producir para poder así ahorrar dinero a sus productores y ejecutivos. Aunque recibe instrucciones humanas, el software también cuenta con una base de datos de 6, 500 libretos de películas y cada análisis por ahora cuesta US$ 5,000 dólares.

Azermai presentó su invención el festival de cine de Karlovy y asegura que fue capaz de predecir 22 de los 32 fracasos en taquilla que Sony ha lanzado al mercado entre 2015 y 2017 con simplemente subir una copia en PDF del libreto. Y asegura que es tres veces más preciso que los seres humanos con un 84 por ciento de éxito.

Nuestra misión es revolucionar el negocio de contar historias al usar Inteligencia artificial para ayudar a productores, distribuidores, agentes de venta y financieros en estimar sus riesgos.

Por supuesto que el programa no es perfecto y en uno de sus equivocados cálculos predijo que La La Land: Una Historia de Amor recaudaría sólo US$59 millones, cuando generó cerca del doble de esa cifra. Aunque en la actualidad ya se hacen estimaciones sobre la recaudación de un proyecto en los diferentes estudios generalmente estos se realizan formalmente luego de la producción y no sólo con el guión.

Todo esto sin mencionar que muchas veces hay películas amadas por la crítica y el público que no logran recuperar sus costos de producción, Blade Runner 2049 de Denis Villeneuve, es un claro ejemplo. Sin mencionar las sorpresas que algunos proyectos dan una vez que la gente comienza a verlas en el cine y que luego se convierten en éxitos, como ¡Huye!, de Jordan Peele que incluso llegó a ganar un Óscar por Mejor guión.

Una vez más nos enfrentamos, no sólo a un debate sobre si el cine debe ser considerado, y tomar riesgos, como una forma artística más que un entretenimiento o negocio, pero sino también a la posibilidad de crear programas capaces de analizar, o por lo menos intentar hacerlo, expresiones tan subjetivas como una película. ¿Se puede o no?, ¿es el gusto subjetivo o intersubjetivo? Y más importante aún: ¿dónde quedará lo subversivo o lo no convencional en un mundo en el que un programa determina qué películas se hacen o no?