Amber Heard resuelve su caso de difamación contra Johnny Depp por un millón de dólares

Por fin se ha cerrado el caso de difamación entre Amber Heard y Johnny Depp.

El lunes se informó de que Heard había accedido a retirar su apelación sobre el veredicto, en el que se concedían a Depp 10 millones de dólares en concepto de daños compensatorios y 5 millones de dólares en concepto de daños punitivos, estos últimos reducidos a 350.000 dólares en cumplimiento del tope legal del estado de Virginia, donde se celebró el juicio. Asimismo, Depp fue condenado a pagar 2 millones de dólares a su ex esposa en una contrademanda.

En cambio, Heard pagará sólo un millón de dólares a Depp como parte de un acuerdo. Aunque, como señala TMZ, ni siquiera tendrá que desembolsar ese dinero ella misma, ya que su compañía de seguros se hará cargo de la cuenta.

Sin embargo, la actriz de Aquaman, de 36 años, quiere dejar claro que sigue eximiéndose de responsabilidad por el artículo de opinión del Washington Post de 2018 que fue el centro del juicio, en el que no nombraba a Depp pero hablaba sobre ser víctima de violencia sexual y abuso doméstico. En una extensa declaración el lunes, Heard se abrió sobre la “decisión muy difícil de resolver el caso de difamación.”

En el comunicado, Heard escribe que defendió su verdad incluso a costa de su reputación, y que el vilipendio que recibió fue una “versión amplificada de las formas en que las mujeres son revictimizadas cuando denuncian”. Afirma que, a raíz del juicio público, ha perdido la fe en el sistema judicial estadounidense, donde su “testimonio desprotegido sirvió de entretenimiento y de forraje para las redes sociales”. Y, como es comprensible, no desea volver a pasar por la misma experiencia.

“El tiempo es oro y quiero emplearlo de forma productiva y útil. Llevo demasiados años enjaulado en un proceso judicial arduo y costoso, que se ha mostrado incapaz de protegerme a mí y a mi derecho a la libertad de expresión. No puedo permitirme arriesgarme a una factura imposible, no sólo económica, sino también psicológica, física y emocional. Las mujeres no deberían tener que enfrentarse a abusos o a la bancarrota por decir su verdad, pero por desgracia no es infrecuente.

Al resolver este caso también elijo la libertad de dedicar mi tiempo al trabajo que me ayudó a sanar tras mi divorcio; un trabajo que existe en ámbitos en los que me siento vista, escuchada y creída, y en los que sé que puedo lograr cambios.

No me sentiré amenazada, desanimada o disuadida por lo ocurrido de decir la verdad. Nadie puede quitármela y nadie lo hará. Mi voz seguirá siendo para siempre el activo más valioso que tengo”.

Heard concluyó su declaración dando las gracias a quienes la han apoyado y mostrado su solidaridad durante el último año. “No encuentro palabras suficientes para deciros la esperanza que inspira vuestra fe en mí”, escribió. “No sólo para mí, sino para todos ustedes”.