Kafka Hibino de Kaiju No. 8 es el héroe que los treintañeros (y cuarentones) merecemos En parte Kaiju, en parte tonto… todo héroe

Cuando hablamos de anime shonen, se podría decir sin temor a equivocarnos, que se caracteriza por sus personajes heroicos. Desde Yuji Itadori de JUJUTSU KAISEN, pasando por Jotaro Kujo de JoJo’s Bizarre Adventure, hasta el ícono y leyenda, Son Goku de Dragon Ball.

Pero no todos los héroes nacen siendo poderosos, a menudo encontramos algunos que en algún momento de su vida eran débiles, pero tenían un potencial oculto. Tomemos como ejemplo a Izuku Midoriya de My Hero Academia, cuyo entusiasmo y pasión se ven lastrados por un cuerpo frágil y desprovisto de talento natural.

Por si no lo han notado, aquí hay una constante. Todos los protagonistas antes mencionados son jóvenes (o al menos lo eran al inicio de sus aventuras), ambiciosos y tienen toda la vida por delante para cuando comienzan sus aventuras.

Y adoramos a cada uno de ellos, pero si ya están en la treintena (o en los cuarenta como en mi caso), es difícil verse reflejado en ellos. Porque ya no somos tan jóvenes, nuestra ambición ha sido temperada por la dura realidad de la vida adulta y estamos más preocupados por llegar a fin de mes, que por salvar el mundo.

Si como yo amas el anime y a pesar que aún te sientes joven, estás consciente de que ya no tienes 20 años y tienes la incómoda sensación que a los ojos de los veinteañeros modernos eres un viejo, es hora de que consigas nuevos personajes referentes. Para nosotros los treintañeros, esta temporada de primavera tiene al héroe perfecto, uno que es como nosotros.

Su nombre es Kafka Hibino de Kaiju No.8, y aunque no es el prototipo de modelo a seguir y muy probablemente hará algo estúpido de camino a salvar el mundo, quedando en ridículo ante sus más jóvenes compañeros, es el héroe que todos los mayorcitos necesitamos.

Kafka muestra una infinidad de cualidades que lo calificarían como uno de los desvalidos. Es un poco idiota, tiene un poco de barriga cervecera y, lo más importante, es alguien que ya ha aceptado su suerte en la vida; una vida en la que no logró alcanzar sus objetivos y se acostumbró a una rutina mediocre, lejos de los reflectores.

Es desgarrador pensar que probablemente no seremos exactamente quienes cuando empezamos la universidad. Si tenemos suerte, podríamos acercarnos a nuestras metas y sentirnos satisfechos con lo logrado. Sin embargo Kafka no fue de los afortunados, porque ni siquiera se acercó un poco a su sueño. Intentó una y otra vez cumplir su promesa de infancia y unirse a las filas de las Fuerzas de Defensa. Pero fracasó. Fracasó tantas veces que simplemente se dio por vencido.

No nos encontramos con Kafka en un momento de su vida del que se pueda sentir orgulloso. En realidad, simplemente sobrevive al día a día trabajando en el duro y desagradecido trabajo de deshacerse de los cadáveres de los Kaiju. Es un papel importante que mantiene limpia la ciudad y permite a las empresas hacer uso de los recursos que recolectan, pero ni Kafka ni sus compañeros reciben la adoración del público… ni un buen salario.

A pesar de todo esto, Kafka mantiene su buen humor. Es un empleado diligente y valioso, ansioso por capacitar a nuevos reclutas, y no permite que su comportamiento abatido salga a la luz ante otros. No es hasta que regresa a casa que vemos exactamente quién es; es sólo un tipo cualquiera, rodeado de cajas de comida vacías y sueños vacíos.

Ya hemos conocido a otros héroes con poca suerte. De hecho, todo el elenco de Cowboy Bebop probablemente miraría la estabilidad laboral de Kafka con un poco de envidia. Pero no lo olvidemos; Spike Spiegel tiene entre 20-30 años y se encuentra en plena forma física. Aunque sea incapaz de atrapar a un criminal sin causar destrozos equivalentes a la recompensa que recibe por entregarlo, sí que puede darles una paliza y lucir genial mientras lo hace, sin mencionar que es encantador y todo un conquistador.

¿Nuestro chico Kafka? Correr es complicado. Levantarse por la mañana es más difícil. Su cuerpo ya no es lo que solía ser y, aunque hace todo lo posible para mantenerse en forma, le cuesta mantenerse al día con los chicos más jóvenes. Lo que complica aún más las cosas es el hecho de que se enfrenta a un rival que representa todo lo que él simplemente no podría ser.

Estoy hablando, por supuesto, de Kikoru Shinomiya, una adolescente pródiga considerada como el mayor talento de todos los tiempos. Donde Kafka se esfuerza, ella brilla sin sudar una gota. Mientras sus logros son modestos, los de ella son legendarios. Mientras él es incapaz de sacar más de un 1% de su traje de combate, ella alcanza con facilidad el 46%, más del doble de la cantidad de un soldado experimentado con años de entrenamiento.

Kikoru es el reflejo perfecto de los defectos de Kafka, siendo una persona con tanto talento que tiene un futuro garantizado en las Fuerzas de Defensa y está destinada a ascender a lo más alto, al igual que sus también talentosos padres. No es coincidencia que tenga demasiada confianza en sí misma y no siempre sea tan educada como podría ser. Si lo piensas bien, ella es prácticamente la anti-Kafka.

Lo único que él siempre tuvo a su favor fue su espíritu, e incluso eso le escasea hoy en día. Si no fuera por un encuentro casual con un peculiar Kaiju que decidió alojarse en su garganta, Kafka estaría completamente perdido. E incluso así hace todo lo posible para no depender de sus nuevas habilidades y explica que todos los demás se han esforzado mucho para llegar a este punto, por lo que no sería justo para él engañar al sistema. Quiere ganar jugando limpio.

Éstas son todas las razones por las que Kafka es una verdadera inspiración para mí. Se aferra desesperadamente a una ambición de toda la vida que prácticamente se le había escapado, y utiliza el conocimiento que ha adquirido a lo largo de una larga carrera deshaciéndose de cuerpos de Kaiju para encontrar un rol, cualquier rol, dentro de las Fuerzas de Defensa.

Como él dice, “perseguir tus sueños significa que siempre hay alguien que te gana en lo que más te importa… ¡Pero también es tan emocionante que realmente no te importa!”

Esto demuestra que tus sueños nunca están del todo muertos y sepultados, a menos que tú mismo lo permitas. No es ninguna vergüenza perseguir otros intereses u objetivos, pero debes sentirte cómodo con esa noción si alguna vez quieres ser la mejor versión de ti mismo.

Si alguna vez te has preguntado qué le habría pasado a Deku si nunca hubiera conocido a All Might, bien podría ser esto. El pobre Kafka tuvo que esperar el doble para recibir su oportunidad y tiene el kilometraje para demostrarlo. A veces solo lo mantienen en el equipo porque algunos de sus superiores encuentran su ineptitud francamente hilarante, pero él lo acepta como una oportunidad que no puede dejar escapar.

Si enfrentaras a Kafka Hibino contra los héroes más grandes del anime en una prueba de fuerza, sin los poderes de Kaiju, se le haría casi imposible ganar esa pelea. Pero a base de puro coraje, de corazón, y no nos engañemos, un poco de encaprichamiento infantil, seguro que dará pelea hasta el final.