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Una vez más, “The Lion King” es acusada de racista y fascista

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Han pasado 25 años desde que The Lion King llegó a los cines y conquistó el corazón de millones. Ahora, le toca el turno de hacer lo mismo (o al menos de intentarlo) al remake live-action dirigido por Jon Favreau, pero, aunque las reseñas sobre éste no han sido tan positivas como las de la cinta original, hay algo que ambas tienen en común: son acusadas de ser historias fascistas.

En 1994 no vivíamos inmersos en internet y las redes sociales, pero ya desde entonces varios expertos señalaron una serie de aspectos problemáticos de The Lion King, como el racismo, sexismo y facismo. Al primero lo representaban principalmente las hienas y el villano Scar, el único león con caracteristicas físicas diferentes y acento extranjero; al segundo lo representaba la debilidad de las hembras y su dependencia de los machos; y al tercero lo representaba la apología del totalitarismo y el poder ejercido por medio de la fuerza en Mufasa y Simba.

Un cuarto de siglo después, la historia se repite. El crítico Dan Hassler-Forest, sin embargo, ha decidido que no debemos olvidar el lado más oscuro de The Lion King, sobre el cual habla en un artículo de The Washington Post.

Su texto usa argumentos que ya conocen aquellos que han investigado sobre las acusaciones en contra de The Lion King, las cuales no son infundadas, pero las adereza con ciertos comentarios que unen a la cinta de Disney con el mundo actual. Hassler-Foster afirma que la historia de Mufasa y Simba “nos introduce a una sociedad donde los débiles han aprendido a inclinarse a los pies de los poderosos”, y más adelante añade:

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“Coloca el punto de vista de la audiencia con el de los leones autocráticos, cuya Roca del Rey literalmente ve desde arriba a todos los grupos más débiles de la sociedad, una especie de Torre Trump de la sabana africana. Cuando el gran patriarca Mufasa le explica pacientemente a su hijo cómo funciona esta división de poder, enfatiza que el Rey debe mantener el equilibrio en su reino. Esto parece aceptable cuando pensamos en el medio ambiente, donde asociamos el ‘equilibrio’ con la sostenibilidad. Pero cuando consideramos que realmente le está explicando a su heredero por qué el orden natural hace que sea normal que los reyes devoren a los campesinos, la perspectiva de los leones se siente mucho más inquietante.”

Los herbívoros débiles se congregan para adorar al Rey León, cuyo poder proviene de su superioridad biológica y ello le permite exiliar y marginar a aquellos seres que pueden afectar su apreciado balance. Esto no cambia entre la versión de 1994 y la de 2019, dice Hassler-Forest; las voces, la jerga afroamericana callejera de las hienas y el aspecto de Scar cambiaron mucho, pero en el fondo siguen siendo lo mismo:

“Así como los líderes fascistas identifican constantemente grupos específicos para vilipendiar y expulsarlos de su visión de una sociedad ‘equilibrada’, los héroes de la película están preocupados por mantener su reino libre de contaminación por personajes indeseables, que están destinados a las áreas sombrías de lugares más allá de nuestra fronteras.”

La opinión del crítico no es aislada y es una conclusión a la que no es difícil llegar, pues estamos ante un remake casi cuadro por cuadro de una película que ya tenía esos problemas. Deshacerse de algunos elementos ofensivos no puede cambiar realmente el trasfondo de la cinta.

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La versión live-action de The Lion King llegará a los cines estadounidenses el próximo 19 de julio.

Fuente: Tomatazos.

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