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El creador de ‘Black Mirror’ reacciona a que su predicción más desagradable se hiciera ‘real’

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Black Mirror siempre ha sido bueno desdibujando las líneas entre ficción y realidad, aunque nada superará al primer episodio, que predice con precisión un escenario bastante repugnante.

“The National Anthem” es probablemente el que mejor establece el tono de toda la serie: con su oscura sátira sobre la política del Reino Unido y su retorcido final, el episodio quedará grabado en la mente de todos los que lo vean. Si recuerdas el primer episodio, probablemente ya tengas una idea de qué escena estamos hablando, pero para los que hayan reprimido ese recuerdo, permíteme que te lo recuerde.

La trama sigue al primer ministro del Reino Unido, Michael Callow, interpretado por Rory Kinnear, que recibe un ultimátum de un lunático que ha secuestrado y amenaza con matar a un miembro de la familia real; ¿el ultimátum? Que se acueste con un cerdo en directo por televisión. Es difícil no estropear el final del episodio, pero si conoces la serie, sabrás que no tienen miedo de llegar ahí.

Mientras Donald Trump se preparaba para su campaña electoral, al otro lado del charco, los ciudadanos del Reino Unido descubrían algunos datos bastante inquietantes sobre su propio líder. Una biografía no autorizada de David Cameron, entonces Primer Ministro, reveló que había representado prácticamente las escenas finales de aquel episodio de Black Mirror. Al parecer, mucho antes de su ascenso a Primer Ministro, durante su época universitaria, Cameron mantuvo relaciones sexuales con una cabeza de cerdo como parte de una especie de ritual de iniciación universitario.

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El primer episodio de Black Mirror se estrenó en 2011, pero este incidente no se hizo público hasta 2015. Quizá el creador de la serie, Charlie Brooker, debería unirse a los guionistas de Los Simpson, ya que su extraño argumento resultó ser cierto. Mientras hablaba con Empire (edición impresa) sobre la sexta temporada de la serie, le preguntaron a Brooker su opinión sobre el suceso y su argumento extrañamente coincidente.

“Cosas como lo de David Cameron me parecieron así. De hecho, eso me volvió un poco loco durante un breve periodo, porque pensé: ‘¡Eso no puede ser real! ¿Seguro que no puede haber ocurrido? Es demasiado extraño’. Te hace sentir como si vivieras en una simulación”.

Charlie Brooker en una simulación parece el tipo exacto de argumento meta que esperaríamos de Black Mirror, así que quizá veamos algo así si alguna vez tenemos una séptima temporada. Sin duda, es uno de los ejemplos más extraños de cómo la vida imita al arte. De todas las cosas chulas (pero terroríficas) que hemos visto en la serie, podríamos haber conseguido simulaciones del mundo real para videojuegos, o que nuestra conciencia se cargara en un servidor para vivir eternamente, pero no, tuvimos que conseguir la realidad en la que el Primer Ministro se acostaba con un cerdo.

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Aparte de toda la situación del PigGate, la serie ha hecho bastante bien en predecir otros acontecimientos políticos y avances tecnológicos que nos hacen pensar que quizá estemos realmente en una simulación, y quizá Charlie Brooker sea el cerebro detrás de ella.

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