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Las críticas al cuerpo de Sophie Turner le provocaron depresión y pensamientos suicidas

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Turner contó en el podcast Phil in the Blanks (vía Vanity Fair) que tras aparecer en Game of Thrones empezó a prestar atención a las redes sociales, donde algunas personas decían que era gorda, que tenía granos y que no actúa bien; esos comentarios provocaron en ella una profunda depresión que le arrebató por momentos las ganas de vivir:

Simplemente, empecé a creérmelo. Me diría a mí misma, ‘Sí, tengo granos. Estoy gorda. Soy una mala actriz’. Me lo creía. Le decía [al equipo de vestuario] que me apretaran el corsé. Me convertí en alguien muy autoconsciente.

Turner confiesa que su depresión comenzó hace cinco o seis años (Game of Thrones comenzó a transmitirse hace ocho años), y que el reto más grande que tuvo fue aprender a quererse a ella misma. También dijo que cuando era más joven no vivía deprimida pero siempre sintió una fascinación por el suicidio, pero su tratamiento y su relación con Joe Jonas la han ayudado a salir adelante.

Estoy medicándome y ahora me quiero a mí misma, o al menos más de lo que lo hacía antes; creo.

El “problema” con el cuerpo de la actriz es que tiene espaldas anchas y un rostro que no se ajustan perfectamente a los estándares de belleza que se nos han impuesto a través de los medios; por mucho ejercicio que realice la joven nunca podrá cambiar de espalda, pero lo realmente importante de su historia es la lección de cómo aprendió a aceptarse como es: hermosa y sexy a morir.

Después de Game of Thrones y X-Men: Dark Phoenix la actriz continuará en un descanso de la actuación para seguir atendiendo sus problemas mentales, esperemos que salga adelante y los supere muy pronto.

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